CAPíTULO 4
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DISCLAIMER >>
Este libro explora la vida en los márgenes de la sociedad a través de historias crudas y honestas sobre música electrónica, sexo, drogas y libertad. Su lenguaje directo y temas sensibles buscan reflejar la autenticidad de una cultura que desafía las normas establecidas.
Advertimos que algunos capítulos contienen lenguaje explícito y referencias a situaciones adultas. No buscamos glorificar conductas de riesgo, sino ofrecer un testimonio sincero que invita a reflexionar sobre la búsqueda de identidad, conexión y trascendencia.
Léelo con mente abierta y responsabilidad.
NO PUEDE SER VERDAD
Imaginad… 24 horas encerrado en una habitación, dibujando pasos de cebra con sombra cada 30 minutos.
Locura, porno, tabaco y escenas de “Miedo y asco en Las Vegas”. Rayadas, ruidos, menos mal que la puerta no tenía mirilla…
No me atrevía a llamar a nadie, pero estaba tan cachondo que me habría follado a la primera que llamara a la puerta.
Debí quedarme dormido, el cansancio supongo, me mire al espejo, estaba envasado al vacío. Necesitaba beber y comer algo urgente, así que me tatué las Rayban y baje al VIPS de Cubos.
Puro show, se me caían los pantalones, las gafas dentro del Vips, haciendo la compra más absurda jamás vista. Así me miraba la cajera, eso, mi nariz blanca y el billete enrollado que le di, despejaron todas sus dudas.
Subo, mire los números en el periódico, y llame. “Joven española divertida, total discreción”, ¿cómo no iba a llamar?.
Lo siguiente que sucedió viene a confirmar el show que ha sido mi vida, las casualidades han reinado para bien y para mal en ella.
Abro la puerta, nos miramos:
-¿Sara?.
-¿Alex?….
Retrocedamos otra vez en el tiempo, Racha, Bajos de Azca, apenas un año antes fui a ver a un gran amigo DJ, y ese día conocí a Sara. Morena, brazo tatuado, sonrisa perfecta, bakala-pija la llamaba yo…
Nos quedamos mirando el uno al otro y para romper el hielo digo. “Quieres un tiro”. No falla.
Ella entra y nos reímos sin parar, era obvio lo que pasaba y ninguno debía explicaciones al otro, así que acordamos precio y … y a hablar.
Toda la noche hablando, y cuando amanece no podíamos ir más pedo. Le digo que se quede a dormir, que alquilo otra habitación y me voy, me dice que me quede, que no sea tonto. Nos acostamos en la misma cama y contra todo pronóstico caemos redondos. Despierto cuando vuelve a amanecer, me despierto con su cabeza entre mis piernas, que dulce despertar joder.
Mamada de 10, y ahora venía el resto, era un pelele en sus manos, sentía que me reventaba la polla por momentos, siempre tuve una “fama” por mi polla, ella lo sabía y no se iba a ir de allí sin corroborarlo, y yo encantado. Follamos 3 veces, me acuerdo perfectamente por que en la tercera no me corría ni loco.
Me meto en la ducha creyéndome Nacho Vidal, y ella aprovecha para irse sin decirme nada. Solo los que os habéis puesto en esa situación entenderéis mi alegría al salir y ver que no estaba, mi alegría por no tener que pasar más vergüenza.
Me dejó la pasta encima de las rayas, así se aseguraba que lo veía, no había nota, ni llamada ni nada. Con el tiempo me la volvi a encontrar, me dijo qué después de la farlopa, dejarla dormir y esa polla, no podía cobrarme, pero que por favor aprendiera a comer coños, que era un puto desastre.
Volví a la cama, cerré los ojos, era Dios en la calle princesa, mi último pensamiento fue que al día siguiente habría “ARENA” y pinchaban mis colegas, ya pintaba bien cuando por fin me decidí a dormir.
Justo en ese momento suena el móvil, miro la pantalla, el camello que me había dado las pastillas y al que no delate, quería su pasta…
La semana que viene más y mejor…
Este capitulo pertenece al libro “Cocaína, Sexo y Techno” escrito por Alex Hertz y que podrás leer aquí semanalmente en exclusiva.