CAPÍTULO 9
Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
DISCLAIMER >>
Este libro explora la vida en los márgenes de la sociedad a través de historias crudas y honestas sobre música electrónica, sexo, drogas y libertad. Su lenguaje directo y temas sensibles buscan reflejar la autenticidad de una cultura que desafía las normas establecidas.
Advertimos que algunos capítulos contienen lenguaje explícito y referencias a situaciones adultas. No buscamos glorificar conductas de riesgo, sino ofrecer un testimonio sincero que invita a reflexionar sobre la búsqueda de identidad, conexión y trascendencia.
Léelo con mente abierta y responsabilidad.
TECHNO PARA DESAYUNAR
Huimos como podemos, afortunadamente se paran a cachear a unos bakalas que estaban al principio del callejón.
Camino del River ‘s le digo que quiero pinchar, que me espere a que cerremos y que luego nos iremos a un hotel. Bajo las escaleras con el corazón en la boca y la polla por el ombligo, subo a la cabina apartando a la gente a mi paso. Miro a Alvaro y le digo, “Necesito pinchar”. El me mira, fila, se quita los cascos y se baja sin decir nada.
La cabina es mía, me giro y abro dos de las tres maletas que siempre llevaba. Una con techno pop, otra con techno y trance y otra solo techno actual, adivinad cual se quedó cerrada.
Saco a Carola de la la maleta, pero al Carola de antes, al cañero minimalista, saco a su colega Mills y aun me queda otro plato para servir. Empiezo con ellos dos, primero uno desde los primeros compases, cortando el disco que sonaba, poniendo mi polla encima de la mesa y gritando, “!BUENAS NOCHES RIVERS!”.
Los gritos me pegan en el pecho acompañados del bombo que 32 compases después a decidido presentarse en la pista, el subidon de adrenalina no se puede comparar con nada en este mundo, joder como me gusta esta mierda.
Suelto a Mills casi sin haber cuadrado antes, ya habrá tiempo mientras el fader se desliza hacia arriba, y así es, cuando pega en el tope van cuadrados perfectos.
A lo mejor mi selección musical no es la mejor, tal vez no equalizo a la perfección, pero tengo una técnica que me ha costado años y años, finde tras finde, así que voy a por el tercer plato. Le toca al trance, según meto la mano en la maleta sale un PLATIPUS. Perfecto para la saña que estoy poniendo.
Los que pinchais sabeis de qué va esta mierda, que tienes que tener los 5 sentidos trabajando a full, mas ese otro que desarrollamos cuando nos ponemos los cascos.
Así estoy dos horas, dos horas en las que suenan más de 40 temas, Plastikman, Marco Bailey, Varela, Sims, Emanuel Top etc etc y toca cerrar, estoy exhausto y aun así pincharía 20 horas más. Encienden las luces, suena el Snake Corps, “Buenos días River ‘s”.
Adoro mi puto trabajo.
Cuando la sala se vacía vamos buscando por el suelo lo que se pueda haber “caído”, casi siempre nos llevábamos un buen botín a casa, un botín para no dormir.
Subo las escaleras que por la mañana parecían haber crecido, salgo a la calle sin gafas de sol pero con dos cojones, ella ya no estaba, lo cierto es que no quería que estuviera, me la pela, paro un taxi, guardamos las maletas.
“A Alcorcón por favor”, el taxi arranca y gira a la altura de Galileo, seguimos hacia abajo y el golpe es brutal. caigo entre los asientos de delante y en el que iba sentado, hay cristales a mi lado, me incorporo y grito ¿ESTAS BIEN?.
La semana que viene más y mejor…
Este capitulo pertenece al libro “Cocaína, Sexo y Techno” escrito por Alex Hertz y que podrás leer aquí semanalmente en exclusiva.