CAPÍTULO 7
Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
DISCLAIMER >>
Este libro explora la vida en los márgenes de la sociedad a través de historias crudas y honestas sobre música electrónica, sexo, drogas y libertad. Su lenguaje directo y temas sensibles buscan reflejar la autenticidad de una cultura que desafía las normas establecidas.
Advertimos que algunos capítulos contienen lenguaje explícito y referencias a situaciones adultas. No buscamos glorificar conductas de riesgo, sino ofrecer un testimonio sincero que invita a reflexionar sobre la búsqueda de identidad, conexión y trascendencia.
Léelo con mente abierta y responsabilidad.
VOLVER A NACER
Un segundo, perdonad que interrumpa la escena.
Imaginad un plano cenital, ella totalmente desnuda, yo totalmente desnudo, con la polla en la mano, gigante, notando las putas venas recorrer la palma de mi mano, el latido del corazón a lo largo y ancho de la mayor erección que había tenido en mi vida. Imaginad ahora horas de sexo, vergüenza y drogas sin fin.
No recuerdo cuanto tiempo llevaba sin descansar debidamente, mi cuerpo estaba exhausto, mi mente al 200% de su capacidad. En las últimas horas me alimentaba de farlopa y poco más. Las rayas cada vez eran más grandes, la bolsa más pequeña y el corazón jodidamente acelerado.
Sumamos la falta de sueño, el exceso de drogas y la follada que le estaba pegando, y está claro que esto no puede acabar bien. Ella me mira asustada, debe estar viendo a la misma muerte, veo el reflejo de la nada en sus ojos y mi última voluntad me salva la vida. Me tumbo a su lado, aspiro de una bocanada todo el oxígeno de la habitación, todo.
Cuando desfases de tal manera ni el tiempo ni el espacio son como deberían ser, por lo visto llevábamos demasiado tiempo y la habitación no era tan grande como se me hacía, al contrario.
Ella se vuelve, me pone su mano en el pecho, lo hace para tranquilizarme pero los bpms de mi corazón la asustan. Yo me doy cuenta e intento relajarme, por fin despierto ella no está, nadie está.
No se que hora es, ni siquiera si hemos cambiado de día, busco en mi cartera y me falta dinero, seguramente ella lo cojio para volver a su casa, no me importa, la habría dado todo lo que me pidiera,
Al lado de las rayas, (una vez más) encuentro una nota:
“Alex, no quiero volver a verte mas, no me llames, no me escribas, no volveré a ir a ningún sitio que pinches, olvídame”
Odio la palabra “Olvidame”, la odio con todas mis fuerzas, es la palabra clave que tienes que decirme si quieres que te ignore de por vida, así que no me es difícil cumplir su voluntad, borro todo rastro de ella sin ni siquiera preguntarme el porque, total, como ella tenía mil.
Esa misma semana me encontré con su mejor amiga, Ruth, y sin preguntarle me contó ella misma el por qué, estaba enamorada de mi.
La fatídica noche cuido de mi casi 24 horas, 24 horas viendo como la persona de la que estás enamorado era poco menos que un cocainómano perdido en sus propias mentiras, un actor porno frustrado que con tal de hacer realidad sus fantasías le daba igual quien, como y cuando.
Me lo dijo en la cabina del Rivers, ese día compartía sesión con Wally Lopez y en tanto me dio el relevo me fui a la oficina a pensar en todo. Estaba enamorada de mi, joder….
Asumí lo que había pasado, pensé en ella, lloré y me fui a por dos gramos.
La semana que viene más y mejor…
Este capitulo pertenece al libro “Cocaína, Sexo y Techno” escrito por Alex Hertz y que podrás leer aquí semanalmente en exclusiva.