CAPÍTULO 5
Tiempo estimado de lectura: 3 minutos
DISCLAIMER >>
Este libro explora la vida en los márgenes de la sociedad a través de historias crudas y honestas sobre música electrónica, sexo, drogas y libertad. Su lenguaje directo y temas sensibles buscan reflejar la autenticidad de una cultura que desafía las normas establecidas.
Advertimos que algunos capítulos contienen lenguaje explícito y referencias a situaciones adultas. No buscamos glorificar conductas de riesgo, sino ofrecer un testimonio sincero que invita a reflexionar sobre la búsqueda de identidad, conexión y trascendencia.
Léelo con mente abierta y responsabilidad.
DE PUTA MADRE
– Hola?
– Hola.
– ¿Sabes quien soy?
– Si. claro.
– ¿Bien, cuando quedamos y me das lo mío?
– ¿Lo tuyo? Lo tuyo, hijo de puta! Sabes que me detuvieron y ni siquiera preguntas como estoy.. lo tuyo me lo quedo yo, lo tuyo me lo voy a gastar en un rato en el ARENA.
No contestó, nadie en su sano juicio habría contestado. Estaba fuera de mi, me hice una raya que daba sombra a toda la calle princesa y baje a la plaza de los cubos, era Batman cruzado con Superman, cruzado con un pitbull y cruzado con su puta madre.
Entro en el VIPS total y absolutamente enzarpado, todo el mundo me mira, o eso creo yo, voy a la caja y BINGO, una amiga mía cobrando, no sabia donde meterme, nunca mejor dicho. Llega mi turno, me mira, se avergüenza, me la sopla, me voy para el ARENA.
Llego a la puerta más tenso que nada, y saludo a los porteros, el Beauty como siempre un señor, paso dentro, en aquella época no había ni vips ni botellas ni hostias, se bailaba y punto. Cruzo la pista como buenamente puedo y llego a la cabina, saludos de rigor, Angel, Loco, Suze etc etc y una legión de chicas, entre otras Esther, puta diosa, como me gustaba joder.
Menudo moco llevo, le digo a modo de estúpida presentación, “menudo moco llevo yo” contestó ella dejándome con más cara de gilipollas aun, “tengo una farlopa que flipas”, la dije, y cuando me quería dar cuenta me cogió de la mano y me llevo al baño del camerino.
Entramos, me dice que cierre la puerta, la cierro de un ostión y ella se arrodilla, yo saco la bolsa, ella me mira el paquete, joder estoy mega cortado…
Se hace las rayas, joder que arte, siempre me ha puesto muy cachondo ver a un pibon ponerse un buen tiro. Se lo pone, el tiempo pasa a cámara lenta, ella agacha la cabeza, mi sangre baja… puedo oír perfectamente, por encima de la música, por encima de los gritos, por encima de todo como la cocina sube por ese tubo hasta meterse en su nariz, puedo oír mi sangre correr por las venas de mi polla y hacer que no pueda ni agacharme…
La puerta revienta, el portero, que por cierto era su ex novio, se pone a pegar patadas como un puto animal, yo me acojono, me acojono vivo, pero saco fuerzas de la farlopa y del subidon y le planto cara al portero.
A la puta calle.
La semana que viene más y mejor…
Este capitulo pertenece al libro “Cocaína, Sexo y Techno” escrito por Alex Hertz y que podrás leer aquí semanalmente en exclusiva.